Al contrario de lo que se pueda pensar, el aire comprimido no es gratis. De hecho, se estima que más del 50 % de todos los sistemas de aire comprimido tienen problemas de eficiencia energética que deben corregirse. Estas pérdidas pueden ser bastante costosas. Alrededor del 30% de todo el aire comprimido industrial generalmente se pierde por fugas, lo que genera pérdidas enormes. Una fuga de tan solo 1 cm puede costarle a una planta más de 15 000 euros al año si no se detecta.