Los cuatro riesgos más comunes asociados a las instalaciones de vapor
Aquí están los cuatro problemas más comunes asociados a las instalaciones de vapor y cómo prevenirlos:
1. Resbalones y Caidas
Entre los principales riesgos inherentes a los sistemas de vapor se encuentra la posibilidad de que los trabajadores sufran lesiones a causa de resbalones y caídas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, las indemnizaciones laborales y los gastos médicos derivados de resbalones y caídas representan un total aproximado de 70.000 millones de dólares. Estas cifras se respaldan en investigaciones llevadas a cabo por Martindale-Nolo, que indican que el costo promedio de una reclamación por indemnización laboral debido a un accidente de este tipo ronda los 20.000 dólares, situándose dicha cifra entorno a los 16.000 euros en España.
Consejos de prevención: La implementación de mantenimiento preventivo en los sistemas de vapor se presenta como una de las estrategias más efectivas para mitigar los riesgos de resbalones y caídas. La presencia de fugas de condensado que crean charcos en el suelo aumenta significativamente la posibilidad de accidentes. Por ende, es crucial que el personal de mantenimiento realice inspecciones visuales periódicas para detectar dichas fugas y genere órdenes de trabajo para su corrección. Para identificar escapes no visibles a simple vista, se recomienda la utilización de detectores de ultrasonido, los cuales permiten localizar fugas difíciles de percibir a simple vista. Además, se aconseja el uso de calzado con propiedades antideslizantes, especialmente en entornos con iluminación deficiente, como medida complementaria de seguridad.
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2. Quemaduras
Además del peligro inherente de resbalones, las fugas de vapor representan un riesgo significativo al inducir un calentamiento anómalo tanto en las tuberías como en el entorno circundante, comprometiendo así la seguridad para los trabajadores. Este fenómeno se manifiesta de manera particularmente notoria en los sistemas de vapor de baja presión, donde la temperatura del agua de alimentación requiere ser elevada por encima de su punto de ebullición. Las lesiones graves causadas por las quemaduras de vapor pueden afectar la integridad física de los trabajadores y, a largo plazo, las fugas de vapor disminuirán la eficiencia operativa del sistema.
Consejos de prevención: Para prevenir el sobrecalentamiento de las tuberías expuestas, es imperativo evitar el uso de purgadores de vapor deteriorados que se hayan quedado en posición abierta. Una metodología efectiva para identificar este tipo de anomalía implica la realización de inspecciones por contacto en la salida de los purgadores. Medidas como inspecciones regulares, mantenimiento de equipos y capacitación en protocolos de seguridad son esenciales para evitar accidentes y proteger la salud de los trabajadores. Las inspecciones periódicas y las medidas de protección contribuyen tanto a salvaguardar la seguridad de los trabajadores como a optimizar la gestión de recursos.
3. Desgaste prematuro, roturas y otros daños colaterales
La ruptura de una tubería de vapor representa una seria preocupación, ya que puede ocasionar lesiones corporales y pérdidas económicas significativas. Cuando un purgador de vapor falla al mantenerse en posición cerrada, puede provocar la acumulación de condensado dentro del sistema de tuberías, lo que a su vez aumenta el riesgo de golpes de ariete. Sin embargo, los purgadores de vapor no son los únicos responsables de rupturas en tuberías; la corrosión y las válvulas también puede contribuir a este problema, sobre todo si el mantenimiento es deficiente.
«Los detectores de ultrasonido localizan las fugas antes de que se conviertan en un problema».
Consejos de prevención: Para prevenir el desgaste y rotura en tuberías se debe evitar la acumulación de condensado. Para ello, los purgadores y las válvulas deben supervisarse periódicamente en busca de signos de anomalías. Instrumentos avanzados de inspección permiten detectar problemas en equipos en funcionamiento, reduciendo los problemas descritos, la inactividad y además se pueden diagnosticar los riesgos asociados antes de que se presenten. Finalmente, en sistemas de vapor antiguos mal mantenidos, recomendamos la inspección de espesores de tuberías para hacer un primer filtrado de potenciales problemas de fiabilidad.
4. Pérdidas Económicas
En sistemas de vapor donde la implementación de un programa de mantenimiento periódico de purgadores de vapor es inexistente, se estima que más del 50% de estos dispositivos suelen encontrarse obstruidos o en funcionamiento ineficiente, liberando vapor. Estas anomalías no solo generan los ya mencionados golpes de ariete que pueden ocasionar daños en el sistema de vapor, sino que además conllevan un desperdicio significativo de energía, elevando sustancialmente los costes de operación. Para mitigar estos riesgos y salvaguardar tanto los activos como la seguridad de los empleados, es fundamental implementar un sistema de mantenimiento preventivo.
Consejos de prevención: En instalaciones donde aún no se realizan inspecciones del sistema de vapor, una inspección anual puede reducir a la mitad las fallas en purgadores y válvulas. Para aquellas plantas que ya han implementado inspecciones regulares, aumentar la frecuencia de estas revisiones resultará en una mejora de la eficiencia y una disminución de los costes. Se sugiere realizar inspecciones trimestrales como mínimo, aunque la determinación óptima del programa dependerá del tamaño de la instalación, la carga operativa, la accesibilidad y el presupuesto disponible. Para mejorar la eficacia de estas inspecciones, el uso de dispositivos de última generación facilita la supervisión integral del estado de la instalación mejorando, la seguridad de los trabajadores y la fiabilidad de los activos presentes, tanto del sistema de vapor como del resto de los equipos existentes en planta.
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